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Precios mínimos, libre mercado y agroseguros

En nuestras vidas, nos enseñan desde pequeños que vivimos en una sociedad capitalista de libre mercado que se autorregula perfectamente. Algo así como una mezcla de una nana con un mantra que a cada paso que das en la vida te mece plácidamente y te recuerda que nada se puede ni se debe regular económicamente. Entre otras cosas porque por definición los precios siempre son justos, y acordes a lo producido y ofertado, y a lo demandado en los mercados. Autorregulación perfecta. Y hay hasta economistas que se lo creen.

Sorprende sin embargo que los bancos españoles y de medio mundo, de países económicamente “autorregulados” por el libre mercado, el epicentro del capitalismo menos libre y más liberal, hayan tenido que ser rescatados en medio de esta crisis social y ambiental que algunos siguen empeñados en llamar económica. ¿Pero no se regulaban solos? ¿Pero acaso no estaba todo en un equilibrio perfecto y justo? Lógicamente, bajo estas premisas, si algo cae es porque no funciona, por lo que inyectarle financiación pública gratuita no tiene ningún sentido. Y menos con naciones-estado fieles creyentes en los supuestos de la mano invisible de Adam Smith.

En estos días en los que la enésima crisis del sector lácteo se encuentra en un punto álgido y los ganaderos apenas si pueden, ni siquiera, alimentar a sus vacas por los ridículos ingresos que perciben, escuchamos y leemos noticias sobre la posibilidad de establecer precios mínimos que permitan la subsistencia de un sector que se encuentran en la cuerda floja. Sin embargo son muchos los políticos y tecnócratas que, como abanderados del liberalismo, se pronuncian sistemáticamente en contra: ¡no podemos regular los mercados!. Ellos que se apresuraron a rescatar a bancos con dinero público, a través de “mecanismos de libre mercado”, como el incremento del IVA, entre otros, que por supuesto está “regulado y decidido” por el libre mercado, ¿verdad?.

Curiosamente en el campo, ese sector del que a muchos, en aras de la modernidad y el progreso, les gustaría olvidarse y desprenderse, la regulación de los precios en origen sigue siendo imposible. Por eso es fácil encontrar que las frutas y verduras por las que se pagan precios ridículos a los agricultores luego pueden adquirirse en los hipermercados hasta 10, 15, y 20 veces más caras.

Paradójicamente ese mismo estado que asegura que no puede regular nada y que el mercado es libre, no permite al agricultor asegurar su cosecha a través de los seguros agrarios al precio/kg., que el productor considere oportuno, ni tampoco asegurar el período de tiempo que le interese en base a sus decisiones, porque ¡ha regulado dichas condiciones!.

Este año, sin ir más lejos, en la Orden AAA/520/2015, de 16 de marzo (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), del seguro con coberturas crecientes para explotaciones de cítricos para el ejercicio 2015, en su anexo VII (Precios a efectos del seguro) se establecen para las naranjas ecológicas de las principales variedades que cultivamos en Biovalle los siguientes precios:
-Navelina y salustiana, precios mínimos para asegurarlas: 0,1€/Kg., y precio máximo: 0,2€/Kg.
-Cadenera (nuestra variedad local en peligro de desaparición), precio mínimo: 0,08€/Kg., y precio máximo: 0,15€/Kg.

BOE-2015-seguro-cobertura-creciente-citricos-17
Imagen del Anexo VII (II) de la Orden AAA/520/2015, de 16 de marzo, donde se establecen los precios mínimos y máximos asegurables por Kg., para las diferentes variedades y especies de cítricos ecológicos (se expresan en euros/100Kg.).

Ninguno de los precios máximos establecidos por el ministerio (¡0,20 y 0,15€/Kg.!) hace viable ninguna producción ecológica de cítricos en caso de incidencias, todos los precios se encuentran por debajo del mínimo admisible considerado por cualquier investigador en la materia. A pesar de haber hecho nuestro seguro, si se hielan las naranjas o el granizo les afecta…

Estos precios parecen servir también de adelanto para el sector de la distribución, una especie de llamada de atención para que sepan los precios que desde el ministerio consideran “apropiados”.

Por eso, desde Biovalle os estamos tan agradecidos cuando decidís comprar naranjas ecológicas, o limones ecológicos, o cualquiera de nuestros cítricos biológicos, a nosotros o a las tiendas que trabajan con nosotros. Entre tod@s y desde la base hacemos una sociedad más justa, real y viable.

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