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La historia de Venci el vencejo

Porque nos gusta la vida en general y convivir con múltiples especies de plantas, animales, hongos y microorganismos, y porque para nosotros no todo son las naranjas ecológicas y los cítricos ecológicos que producimos, en estos días, en los que las aves migratorias estivales apuran sus últimos momentos en la Península Ibérica mientras regresan a sus cuarteles de invierno africanos, como cada año, nos acordamos de Venci, nuestro vencejo particular.

Todo ocurrió allá por los primeros días de junio de 2011, en la preciosa Cazorla (Jaén), donde aún vivía uno de nosotros, y donde están buena parte de nuestros amigos. Una mañana al salir de casa encontramos en el suelo un pequeño pajarillo sin plumas que se movía como queriendo llamar la atención. Era un vencejito que se había caído desde más de 10 metros de altura, y, milagrosamente, estaba vivo y sin heridas.

Lo rescatamos sin muchas esperanzas de poder sacarlo adelante. Los vencejos (parecidos a golondrinas y aviones) viven habitualmente en nuestros pueblos y ciudades, y nunca dejan de volar (los adultos, ¡claro!). Su alimento lo capturan al vuelo entre los insectos alados que proliferan en nuestros pueblos y en sus campos aledaños durante la primavera y el verano. A los pollitos es fundamental aportarles una dieta hiperproteica basada en los propios insectos, porque es lo que de forma natural les aportarían continuamente sus padres.

Tras los 2-3 primeros días, tuvimos la certeza de que el recién bautizado Venci, era un superviviente. Cada 2-3 horas lo cebábamos con mariposas, saltamontes y gusanos de los utilizados para la pesca. Incluso añadíamos a la dieta huevo duro en momentos de carencia de insectos y larvas. Proteínas y más proteínas de origen animal. Y por las noches estaba unas 6 horas sin alimentarse, pero en cuanto nos escuchaba levantarnos comenzaba a piar para desayunar.

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Venci cuando llevaba ya un par de semanas en casa, zampándose un gusano de la harina (empleado para la pesca) facilitado por uno de nosotros (Juan

Y así fueron pasando los días, cubriéndose de plumas, y viajando con nosotros en su caja de cerezas (vacía) cada vez que teníamos que hacer algún viaje. Después de más de 25 días con nosotros y con todas las plumas ya formadas, estuvimos entrenándolo para el vuelo y la sociabilización con sus congéneres: mientras le poníamos en el ordenador sonidos de vencejos volando (¡piuuuuuuuuuuu!), lo soltábamos en la cocina y el salón desde dos metros de altura para que ejercitase las alas y recorriese 4-5 metros antes de volver a caer al suelo. Día a día fue adquiriendo fortaleza y destreza en el vuelo y sobre todo mucha confianza, que es de lo que se trataba finalmente.

Y con casi 35 días en nuestra casa, y ya inquieto por estrenarse en el aire libre, nos subimos una tarde a una zona alta y despejada, por encima del pueblo y cercana a la ermita de Cazorla, donde con nuestro amigo Manu del Barco (que también estaba criando otro vencejito), procedimos a su liberación en el momento del atardecer cuando cientos de vencejos se levantaban en círculos sobre el pueblo buscando alimento.

Y Venci, sin dudarlo, alzó el vuelo mientras chillaba junto a sus congéneres, y remontaba altura, en su ya nueva vida, feliz como nosotros, que volvimos a casa deseándole lo mejor a él y los suyos, que a lo largo de los meses de primavera y verano alegran las calles de nuestros pueblos, a pesar de las crecientes dificultades que encuentran para anidar y para que la gente respete sus nidos, e incluso para encontrar alimento en las zonas donde lo urbano ha hecho desaparecer lo rural.

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Venci “pensativo” pocos días antes de ser liberado junto a sus congéneres.

En Biovalle vivimos de la agricultura ecológica, y de los clientes que amablemente quieren comprar naranjas ecológicas y otros cítricos ecológicos, pero disfrutamos y nos emocionamos a diario con la biodiversidad silvestre y cultivada que puebla nuestra finca, y donde es habitual escuchar al atardecer al mochuelo o la lechuza en un entorno propicio para la contemplación y el respeto.

5 comentarios en “La historia de Venci el vencejo

  1. Eres un gran escritor. Que recuerdos me has traído con tu narración y que buenos momentos vividos con vosotros por Cazorla. Un abrazo amigo

    1. Muchas gracias amigo, cada vez que reviso las fotos de Venci me acuerdo de ti, y de aquella primavera repleta de vencejos y de pollos que caían de todas partes. Y por supuesto de la liberación, ¡un momento… inolvidable!. Un abrazo

  2. Gracias por el artículo y la historia. Me gustaría aportar información muy valiosa respecto a la alimentación de los vencejos a mano ya que es muy importante para garantizar su superviviencia. Por favor vea la información y protocolo en los enlaces de estos procfesionales y expertos vencejólogos para que la próxima vez ajusten más el alimento: http://www.falciotnegre.com y Asociación Almenana de vencejos de Frankfurt. Seguro que aclarará muchas dudas y me gustaría poder comentar con Ud. después de que lea la información y protocolo de alimentación. Un saludo.

    1. Muchas gracias Gloria, por sus palabras y por el interés mostrado. Nosotros estuvimos leyendo en su momento (hace ya 5 años de la historia de Venci) algunos protocolos online. En algunos casos nos salimos de los protocolos ligeramente, pero por cuestiones de trabajo, viajes, etc. En algunos momentos fue imposible cumplir los protocolos al 100%, pero lo intentamos. Vamos a revisar la información que amablemente nos facilita. Saludos.

  3. Gracias por el artículo y la historia. Me gustaría aportar información muy valiosa respecto a la alimentación de los vencejos a mano ya que es muy importante para garantizar su superviviencia. Por favor vea la información y protocolo en los enlaces de estos procfesionales y expertos vencejólogos para que la próxima vez ajusten más el alimento: http://www.falciotnegre.com y Asociación Almenana de vencejos de Frankfurt. Seguro que aclarará muchas dudas y me gustaría poder comentar con Ud. después de que lea la información y protocolo de alimentación. Un saludo.

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