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Marca España: Diseñado aquí, hecho en China.

Últimamente nos hemos encontrado con etiquetas y productos, principalmente textiles y electrónicos, que “presumen” de haber sido diseñados en España. Y nosotros como cordobeses nos preguntamos ¿PERO ESO QUÉ ES LO QUE ES?

Como muchas de las grandes empresas operan allá en el sudeste asiático, ya sea China, Bangladesh, La India u otros países que a la mayoría de los clientes les costaría siquiera ubicar en el mapa, y que lo hacen allí principalmente porque pueden usar y abusar a su antojo de la mano de obra local a cambio de sueldos míseros y condiciones laborales y de vida deplorables, así como de una laxa política ambiental y laboral (para poder ser competitivos, ¡claro!), lo único que les queda es decir que al menos eso fue pensado en España. ¡Y OLÉ!

Con frecuencia ocurren trágicos sucesos que saltan a la luz pública y que sacuden temporalmente la conciencia del español medio, acostumbrado hasta hace relativamente poco a que gran parte de los bienes que utilizaba se fabricasen en suelo patrio.

En dicho contexto, se estudian posibilidades de encubrir dicha realidad. Y las estrategias son múltiples, desde poner directamente etiquetas falseando el origen del producto, como ocurre con muchos “Hecho en España”, que realmente están hechos en Marruecos u otros países, hasta la más sutil de poner “Diseñado en España”, que viene a decir algo así como “Me fui de viaje y me acorde de ti”.

Quizás los diseñadores de dichos artículos cuando toman un vuelo con destino a China apaguen sus ordenadores nada más salir de nuestras fronteras y no vuelven a hablar del diseño de las prendas hasta que aterrizan de nuevo en nuestros aeropuertos peninsulares o insulares. Es posible, aunque parece raro.

Y después de resolver dicha cuestión habría que ver en qué “idioma” se piensan los diseños. Y los diseñadores, ¿pensáis que son de España y que viven en España?

Con todas las grandes marcas que nacen con vocación de marca, al final sólo queda eso, la marca, y todo lo demás se “externaliza” que es como prefieren denominar desde las corporaciones al traslado de las fábricas y talleres, y a la explotación laboral, el ahorro de costes y la indiferencia social, política y ambiental que tienen ante los trabajadores del sudeste asiático.

Pero a la hora de la comercialización sí que se vuelve a pensar en Iberia. Para eso se prefieren los euros a la moneda China.

En Biovalle nos preguntamos si esa estrategia a medio y largo plazo puede servir para algo. Si al final nada se fabrica aquí, lo lógico es que la capacidad económica del que “vive en España” sea escasa. Puede que con el tiempo, ni los europeos, por falta de trabajo, ni los asiáticos, por lo reducido de sus ingresos, puedan acceder a dichos productos. Y eso sin entrar en los efectos sociales, políticos, familiares y ambientales de unas estrategias tan ofensivas como irresponsables.

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En las asociaciones de productores y consumidores, las producciones “se diseñan y se hacen” aquí. Fuente:[imagen en línea]:http://www.subbeticaecologica.com/
Los que no pueden irse a fabricar a China son los pequeños productores del sector agropecuario. Tenemos la tierra y las ideas aquí y ahora, y tenemos que trabajar para producir y comercializar nuestras producciones en nuestro entorno. Quizás uno de los sectores productivos con más capacidad para producir empleos a medio y largo plazo sea el de los pequeños productores ecológicos que venden directamente sus producciones.

Así, si elijes comprar naranjas ecológicas, o mandarinas ecológicas, o cualquier otro de nuestros cítricos, podrás estar seguro del origen del producto y de que realmente se ha “diseñado y fabricado en nuestra huerta”, en Biovalle.

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