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¡Quemando nuestro futuro!

Si algo se puede asegurar de nuestra civilización actual es que tiene una necesidad absoluta de energía, una especie de enganche que le hace siempre querer más y más.

Asistimos desolados en estos meses a la quema de bosques en España, como el gran incendio de Gran Canaria, pero también en diversas partes del mundo, siendo especialmente preocupantes los que se están produciendo en la amazonia, y los de Siberia y África (especialmente en Angola, República Democrática del Congo, Zambia o Mozambique).

Quemamos los bosques por diferentes motivos: En España por descuidos, por rencillas y venganzas, para cambiar el uso del terreno, y por simple placer como les sucede a algunos pirómanos.

Centrándonos en el caso de la amazonia y otras zonas selváticas del planeta, detrás suele estar el AGRONEGOCIO, en mayúsculas. Aunque a veces se culpa a los pequeños campesinos, al movimiento sin tierra en Brasil, etc., realmente detrás de los grandes incendios en las selvas están terratenientes, grandes corporaciones y gobiernos regionales, nacionales e internacionales, entre otros actores implicados (https://rosamtristan.com/2018/01/04/la-selva-del-amazonas-en-manos-de-piratas/)

La selva virgen, salvaje, sin dueños “legales” pero territorio indígena desde hace miles de años, es un pastel codiciado por muchos, que ven en la pasividad e incluso el apoyo de los gobiernos una manera fácil y rápida de incrementar su patrimonio individual o corporativo a costa del patrimonio común y no privado, de estas selvas bellas, biodiversas y necesarias para el conjunto de la sociedad global.

Vista aerea de la selva amazónica (Fuente Foto: Fondo Mundial para la Naturaleza en México (WWF) en la publicación https://www.muyinteresante.com.mx/preguntas-y-respuestas/como-ayudar-al-amazonas-8-formas-de-hacerlo/)

Las selvas vírgenes son además el territorio de numerosas tribus y grupos humanos, muchos de los cuales están aún sin contactar por seres humanos de fuera de la selva. Y tienen derecho a seguir viviendo como viven, y nosotros la obligación de respetarlos. ¡Son los humanos de estos territorios, aunque no posean escrituras de propiedad!

Estas zonas son tan necesarias para el hombre como para el resto de la biodiversidad que cobijan directamente. Pero la promesa de la gallina de los huevos de oro de la soja transgénica, principalmente, lleva provocando una ofensiva sobre la selva amazónica desde hace años, que cobra especial virulencia este verano.

Muchos hacendados y empresarios han estado durante décadas ejerciendo de lobby sobre los diferentes gobiernos para llevar a cabo proyectos extractivistas, energéticos y sobre todo agrarios en estas selvas. Y cuando encuentran un gobierno más afín a la destrucción como parece que está pasando ahora en Brasil, pero no sólo en Brasil, los procesos deforestadores se aceleran.

En Biovalle tenemos claro que detrás de esto en muchos casos, quizás en la mayoría, se encuentra la promesa de sustituir la selva amazónica por el cultivo de soja transgénica para mayor enriquecimiento de las empresas que manejan las semillas y los agrotóxicos necesarios para su “cultivo”. Soja de dudosa calidad y de cuestionable producción que posteriormente engordará al ganado europeo o norteamericano.

Los incendios se han incrementado considerablemente en la cuenca amazónica a lo largo de todo el verano (Fuente foto: AFP publicada en https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/que-se-esconde-tras-los-incendios-que-acechan-la-amazonia-405516)

En otros casos estos espacios se dedican directamente a pastos para el ganado que luego se exportará como carne a otras partes del mundo.

Es oportuno que cuando vemos o leemos noticias como las de los incendios, seamos capaces de reflexionar sobre nuestra posición, y sobre quién está realmente detrás de todo esto. Los consumidores europeos tienen mucho que decir, tanto sobre su alimentación, excesiva en carne y productos cárnicos procesados, como sobre las empresas a las que apoyan y dejan de apoyar, y sobre los tratados comerciales que nos obligan a asumir y tragar supuestamente “por nuestro propio bien”.

No parece desconectado el hecho de abrir las fronteras masivamente, a través del acuerdo comercial con MERCOSUR, entre Europa y Sudamérica, a la importación de nuevos productos principalmente agrarios hacia Europa, y a la exportación de productos tecnológicos, semillas y agroquímicos (entre otros) a Sudamérica, del hecho de la proliferación de los incendios y la quema de bosques amazónicos.

Es probable que los europeos tengamos que mirar más cerca a la hora de buscar y pedir responsabilidades: A nuestras instituciones y propios gobernantes europeos que suelen actuar de espaldas a la ciudadanía (por ejemplo desarrollando acuerdos comerciales secretos que no son votados ni aprobados por los ciudadanos en consultas o referéndums, y que no se conocen hasta que han sido ratificados).

Ellos son en buena parte responsables de este desaguisado al promover por un lado la especulación respecto al incremento de las importaciones de soja transgénica a Europa, creando desmesuradas expectativas de negocio al otro lado del Atlántico, y por otro lado promocionando la exportación desde Europa de las semillas de soja y el paquete agrotóxico-tecnológico asociado para su cultivo, gracias al acuerdo MERCOSUR, si finalmente es ratificado por los países miembros. Tras el repunte de los incendios parece que algunos gobiernos europeos empiezan a cuestionar dicho acuerdo (https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201909031088574813-la-comision-europea-ratificacion-del-acuerdo-ue-mercosur-depende-de-acciones-de-brasil/), pero seguramente sólo es un posicionamiento más estético y coyuntural que real.

Terreno sembrado de soja tras su deforestación en la cuenca del amazonas, justo en la linde de la selva (Fuente foto: Greenpeace, publicada en http://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/news/2016/Mayo/Tras-10-anos-de-exito-la-Moratoria-de-Soja-en-Brasil-se-renueva-indefinidamente/)

Quemamos la selva quemando parte de nuestra historia y de nuestro futuro. Quemamos biomasa fotosintética, quemamos directamente, además de la vida, energía y materiales valiosísimos.

El acuerdo comercial con MERCOSUR, además de promover la destrucción de la selva, permitirá el enriquecimiento de algunas grandes empresas a uno y otro lado del atlántico, pero a cambio conllevará problemas sociales, de salud provocadas por los agrotóxicos, laborales, ambientales y económicos a los pequeños y medianos productores de ambos lados del océano.

Si valoramos lo que ganamos como sociedad (mucho dinero para algunos) respecto a lo que perdemos (selvas, aceleración cambio climático, destrucción de pequeños productores y pequeñas empresas locales a ambos lados del Atlántico, incremento del uso de la energía y de los transportes, expansión de plagas y enfermedades para los cultivos y de especies invasoras…, problemas de salud para la población) este tipo de acuerdos no tienen razón alguna de ser. ¡Las cuentas globales no salen!

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¿Puede un auténtico Homo detestar el humus?

Parece que la tierra, la naturaleza o la vida no están de moda, ni de plena actualidad. Pero ¿pueden perder su importancia? Pues claro que no, aunque quizás la tecnología bidimensional que desde pequeños nos induce a percibir el mundo en 2 dimensiones y sin muchas posibilidades táctiles, gustativas ni olfativas tenga mucho que ver en todo esto. Y sin duda también un modernismo rancio que huye de la tierra como quien huye del demonio.

Nosotros en Biovalle tuvimos la fortuna de nacer en otra época, con pocas posibilidades de videojuegos y televisores, y sin móviles, tablets y otros inventos similares en nuestras manos. Lo más apasionante era desayunar, comer o merendar, y salir a jugar a la huerta y sus alrededores con los primos y primas. Ensuciarnos, mancharnos, jugar en la tierra, y acabar en la bañera cada noche de verano embadurnados en una capa de polvo, que nos protegía del horno cordobés de agosto más que cualquier crema actual con factor de protección 100, era nuestra deseada rutina diaria.

Hoy día es casi imposible acceder a espacios de pura tierra en el interior de las ciudades, e incluso de los pueblos, por pequeños que sean. Se considera un atraso el que haya calles sin asfaltar, jardines sin adoquinar y plazas sin plastificar para que los niños no se lastimen. Pero entonces, ¿qué lugares quedan dentro de un espacio urbano para la tierra y el contacto humano con ella? En algunos casos los parterres y macetas, y en otros ni eso.

Incluso en las zonas rurales, los gobernantes y ciudadanos detestan algo de tierra o barro en sus calles. ¡Mancha, y hasta da sensación de atraso! Y además los perros y gatos depositan sus excrementos en ella…

Alcorque de un árbol en una ciudad cualquiera. Nada de tierra al descubierto y material artificial hasta el mismo tronco. ¡Peligro tierra!

Hoy los niños no tienen espacios para callejear sin miedo, para retozar en la tierra y saltar en el barro, para mancharse y volver a mancharse en las calles, para experimentar entre árboles y arbustos, o entre los cultivos colindantes.

La tierra además parece ser peligrosa, en ella se esconden millones de microorganismos que pueden poner en peligro la vida. ¡Está muy sucia!

Pero los que crecimos en la tierra nunca la percibimos como sucia, ni como algo de épocas pasadas, ni por supuesto peligrosa. Los miles de millones de microorganismos que se pueden encontrar en 1 solo gramo de tierra, son aliados que permiten su fertilidad, además de poner nuestro sistema inmune a punto. ¿O acaso los agricultores, ganaderos, cazadores, recolectores y otros profesionales que faenan diariamente con la tierra enferman por entrar en contacto con la misma?

Más bien parece lo contrario, que la falta de contacto con la tierra desde la más tierna infancia nos deja más débiles y propensos a alergias, intolerancias y otras cuestiones que quizás estén relacionadas con la falta de puesta a punto y actualización de unos sistemas inmunes en crecimiento y organización, que necesitan experiencias reales con los 5 sentidos y en 3 dimensiones.

La modernidad parece que lleva también implícito que el sector primario disminuya constantemente, con cada vez menos gente dedicándose al mismo en todo el mundo y por supuesto en España, dónde alrededor de un 4% de los empleos totales en la actualidad se dan en la agricultura (https://datos.bancomundial.org/indicador/SL.AGR.EMPL.ZS?end=2018&locations=ES&start=1991&view=chart) mientras que en 1950 los empleos agrarios eran casi el 50% del total de empleos.

En Naranjas Ecológicas Biovalle desbrozamos la hierba que crece entre nuestros cítricos, que se transformará lentamente en materia orgánica en nuestros suelos sin labrar. La agricultura ecológica genera más empleo que la agricultura convencional, si de verdad se hace agricultura ecológica.

Esto conlleva que la agricultura se haya convertido más en una maldición que en una forma de ganarse la vida para mucha gente que ve como esta no goza de prestigio social, ni político ni económico. ¿Quién quiere dedicarse al campo como profesión de futuro en la actualidad? Si consultamos la XV Encuesta ADECCO ¿QUÉ QUIERES SER DE MAYOR?, recientemente publicada (https://www.adeccogroup.es/wp-content/uploads/2019/08/XV-Encuesta-Adecco-Que%CC%81-quieres-ser-de-mayor.pdf) vemos que los peques quieren ser de todo lo que tienen buenos referentes en la actualidad, que coincide en muchos casos con los perfiles de profesionales que más minutos reciben en la tele, o en internet, las noticias, las diferentes publicaciones y las redes sociales, las películas o las series. De ahí que quieran ser incluso youtuber, pero ni por asomo agricultores o agricultoras. ¿Qué referentes agrarios tiene un niño o niña en la actualidad? Y todavía si viven en pueblos pequeños con clara vocación agraria, es posible que exista en ellos también dicha ilusión, pero incluso en los pueblos medianos, la ruralidad ha sido prácticamente expulsada de los mismos y de sus centros de decisiones.

Parece que producir comida no es algo muy moderno ni deseable para niños, jóvenes y adultos. Y quizás tampoco para buena parte de la sociedad, los empresarios y los políticos. Nos desentendemos en general de los procesos de producción de alimentos, y luego nos comemos cualquier cosa que nos digan que es comida, a pesar de que venga envuelta en no sé cuántos plásticos y haya que leer dos párrafos de ingredientes.

Es una pena que un sector tan necesario y que tanto puede hacer aún, no goce del predicamento que otros sectores o actividades si tienen. Quizás la pérdida cultural y de identidad que se ha producido en las últimas décadas ha propiciado esta situación. Los agricultores ya ni siquiera saben gestionar sus campos sin la ayuda de peritos, técnicos, ingenieros e insumos químicos o biotecnológicos de todo tipo.

Es cierto que así ni a nosotros nos gustaría dedicarnos al campo, a no ser que fuese sólo por una opción meramente económica, si es que se ganase muchísimo dinero, claro.

Curso sobre suelos en Subbética Ecológica, impartido por Noelia Rodríguez de Vega Torralba Bio.

La buena noticia es que el sector ecológico de pequeñ@s productor@s, donde encontramos gente vocacional e ilusionada, es un sector que se está desarrollando a buena velocidad, y que vienen generaciones que apuestan por una nueva forma de producción y de vida que es antigua, y que permite relaciones sociales, ambientales, de salud y económicas mejores para todos, si se trabaja en canales cortos y de forma honesta. Y que también permite un empoderamiento personal y colectivo, y a la vez crea una rica cultura que se transmite de nuevo de generación en generación, a través de la experiencia y el diálogo.

En Naranjas Ecológicas Biovalle estamos muy contentos de trabajar en red con otros agricultores, clientes, grupos, asociaciones, tiendas, cooperativas y colectivos de todo tipo y de tocar cada día la tierra que nos da de comer, la salud y la vida.

Nos gusta recordar a diario, mientras trabajamos en nuestros cítricos ecológicos, que los seres humanos procedemos de la tierra y que hasta en el nombre la llevamos: etimológicamente hablando un hombre (homo) es el que sale del suelo (humus) (https://www.delcastellano.com/etimologia-hombre/), por lo que renunciar a la tierra y al humus no es más que una forma de renunciar a ser auténticamente humanos.

 

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¿QUIERES CONOCER UN AVANCE DE LA COLECCIÓN OTOÑO-INVIERNO DE BIOVALLE?

A estas alturas del verano ya pueden entreverse los diseños que presentaremos a partir de noviembre en nuestra nueva colección de otoño-invierno. Y por eso queremos compartirlos con vosotr@s.

Para esta nueva temporada, desde Biovalle apostamos por los tonos cítricos: verdes, rosas, rojos y naranjas. Sin duda será una campaña que vendrá marcada por el potencial invernal que, desde nuestros comienzos, han demostrado unos colores intensos, y que unidos a unos cortes exquisitos y elegantes, basados en formas elípticas y redondeadas, confieren su identidad a estos nuevos diseños.

Y a pesar de lo novedoso de estas nuevas creaciones, tras una revisión más pausada se puede comprobar que no se diferencian en exceso de los diseños que presentamos en las campañas anteriores.

Nuestros productos son nuevos, y de siempre a la vez, alejados de la angustiosa creatividad contemporánea que necesita de la obsolescencia para huir hacia delante, denostando lo pasado por antiguo o desfasado.

Limones ecológicos madurando en Biovalle. Tonos verdes que mutaran al amarillo llegando el invierno.

Ahí radica la maravilla de la naturaleza, en su poder creador y conmovedor a partir de diseños de siempre pero que resultan a la vez de máxima actualidad. La naturaleza no necesita renovarse completa y forzosamente, porque nunca deviene en obsoleta por mucho que se intente cosificar, o que se abuse de ella. Y cuando es necesario, sabe como nadie crear y promover la novedad.

Nosotros estamos felices de poder cultivar y mejorar el suelo de nuestras fincas, y recibimos emocionados cada nueva creación surgida del azahar, como si nunca antes hubiésemos sido conscientes de tanta perfección y belleza.

Nuestras naranjas ecológicas, pomelos rojos, limas, limones, mandarinas y otros productos biológicos son cada año creaciones únicas y originales que no tienen nada que envidiar a cualquier creación contemporánea del mundo de la moda o el arte. O al menos así nos lo parece a nosotros. Es cierto que somos parte interesada pero así lo sentimos, y por supuesto no queremos ni pretendemos llevar razón ni estar en posesión de ninguna verdad.

Pomelos madurando verdes en primer plano, en contraste con pomelos rojos de la temporada anterior al fondo.

A estas alturas, ya casi en agosto, lo que si parece es que vamos a tener una buena cosecha de naranjas ecológicas navelinas, salustianas y cadeneras, tanto en cantidad como en calidad. Ya sabéis lo importante que son las naranjas en nuestro proyecto porque son la base del mismo, nuestro producto estrella utilizado por nuestros fieles clientes en zumos, para comer, para mermeladas, desecadas, o formando parte de otros elaborados, así como múltiples guisos, postres y recetas (https://sevilla.abc.es/gurme/reportajes-bares-y-restaurantes-cordoba/palmadelrio/juan-salamanca-biovalle-potencial-las-naranjas-la-cocina-infinito/).

En cuanto a limas y limones, especies muy similares, parece que la cosecha será más cuantiosa que en la temporada anterior, principalmente por el crecimiento que han tenido los nuevos plantones en los últimos años. Estamos aún lejos de nuestro techo productivo de este tipo de cítricos orgánicos, pero la producción de esta próxima temporada es sensiblemente superior a la de la que acabamos de terminar. Y la calidad no deja nada que desear, al menos a priori, a la calidad de la pasada campaña.

Los pomelos rojos siguen en buena forma y tendremos una cosecha similar o ligeramente superior a la pasada, pero igualmente subiremos nuestra producción en los próximos años cuando los árboles continúen creciendo y los nuevos plantones comiencen a producir cosecha en 1-2 años. La calidad parece que también será muy buena.

Y terminamos con nuestras mandarinas, que después de un año regular en cuanto a las cantidades producidas, creemos que vamos a retomar la buena senda para la próxima campaña, ampliando de forma importante la producción de mandarinas que esperamos cosechar. Y de una calidad que nos parece muy apropiada a estas alturas.

Mandarinas satsumas en maduración, una rica y temprana mandarina de origen japones que aporta un toque exótico a nuestros “diseños” agroecológicos.

Quedan casi cuatro meses para que nuestra nueva campaña 2019/2020 comience con fuerza. En estos meses de verano y los primeros de otoño es cuando los cítricos se encuentran en pleno proceso de crecimiento y engorde, y continuarán con el proceso de maduración que, como ya vais sabiendo, debe hacerse obligatoriamente en los árboles porque los cítricos no maduran una vez recolectados.

A nosotros nos cuesta mucho esperar aún cuatro meses para ver el fruto de nuestro trabajo y compartirlo con tod@s vosotr@s, pero sabemos que es fundamental saber aguardar el tiempo suficiente y dejar hacer tranquilamente a la sabia naturaleza, si queremos de verdad seguir disponiendo de un producto estrella de máxima calidad tan valorado por tod@s vosotr@s y al margen de la obsolescencia.

¡En Naranjas Ecológicas Biovalle producimos diseños agroecológicos efímeros de alta calidad que nunca pasan de moda, para que los disfrutes cada temporada con los tuyos, y te ayuden a mantener y mejorar tu salud mientras contribuyes a la conservación de la naturaleza, la biodiversidad, y a la mitigación del cambio climático!

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BIOVALLE INVITADO DE NUEVO A PARTICIPAR EN EL CURSO DE CITRICULTURA ECOLÓGICA ORGANIZADO POR EL IFAPA

A lo largo de la semana del 24 al 28 de junio, se ha desarrollado un curso de citricultura ecológica organizado por el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), en su sede de Palma del Río (Córdoba). Dicha entidad pública es dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía (https://www.juntadeandalucia.es/agriculturaypesca/ifapa/web/).

En esta nueva edición del ya clásico curso de citricultura ecológica, ha sido de nuevo invitado el proyecto Naranjas Ecológicas Biovalle. Es la segunda edición consecutiva en la que se nos invita a participar.

El curso tuvo una gran aceptación y entre los asistentes se encontraban productores de cítricos que se han iniciado en la producción ecológica, otros productores convencionales que podrían estar interesados en este tipo de agricultura, así como técnicos, estudiantes de la rama agraria, desempleados, y particulares con especial interés en la materia. Más de 25 personas han asistido durante 5 días a las diferentes ponencias y charlas que sobre el cultivo ecológico de cítricos se desarrollaban cada una de las mañanas.

En la mañana del pasado jueves 27 de junio, desde Biovalle participamos en dicho evento a través de una charla-presentación del proyecto en las instalaciones del IFAPA, para a continuación visitar una de las fincas cercana al núcleo urbano de Palma.

Presentación del proyecto Biovalle a los alumnos del curso de citricultura ecológica en la sede del IFAPA en Palma del Río.

Tras una malísima campaña en el sector citricola, llena de abusos respecto a los agricultores y productores agrarios, así como a los trabajadores y trabajadoras del campo, que se ha traducido en una campaña de precios bajísimos y en un mensaje de miedo hacia los agricultores para que vendiesen sus cosechas a precios ridículos, los asistentes querían conocer las posibilidades del sector ecológico a medio plazo.

Desde Biovalle hemos incidido en las principales cuestiones que consideramos relevantes a la hora de realizar la transición desde la agricultura mal llamada convencional hacia la agricultura ecológica, la de toda la vida. Así, hemos aprovechado nuestra presentación para identificar el principal problema que encontramos entre los productores agropecuarios que deciden introducirse en el sector de la producción ecológica desde la producción convencional, y que a nuestro entender no es otro que EL CAMBIO DE MENTALIDAD.

De entre los nuevos citricultores que se deciden a dar el paso a la agricultura ecológica nos encontramos principalmente y sobre todo a hombres de mediana y avanzada edad, con una mentalidad clásica de uso de insumos constantes para abordar cualquier cuestión que sucede en la finca, y que a pesar de decidir dar el cambio, siguen con la misma mentalidad anterior sin estar convencidos del todo y buscando “productos milagro” que puedan utilizarse de continuo para abordar cuestiones tan complejas y fundamentales en producción ecológica como la fertilización, la sanidad vegetal o la vegetación espontánea que se desarrolla entre los cultivos.

En la finca La Ribera, entre los naranjos de la variedad local Cadenera culivados de forma ecológica.

Es evidente que sin un cambio de mentalidad real, este tipo de agricultura es difícil cuando no imposible de desarrollar. Y los proyectos que se encuentran en estas tesituras nos ofrecen muchas dudas. Por tanto aprovechamos para incidir profundamente en esto. “Si no creéis en lo que hacéis, seguro que no lo vais a hacer bien, y os va a dar muchos quebraderos de cabeza la citricultura ecológica” les dijimos en reiteradas ocasiones a los asistentes. Es un cambio tan grande en la forma de cultivar que requiere estar convencido de lo que se hace. Para nosotros eso es indispensable.

Además de eso, hicimos un recorrido por nuestra pequeña historia desde nuestros comienzos en 2011 hasta la actualidad, hablamos de los 5-6 años que fueron necesarios para que nuestros cultivos estuviesen plenamente adaptados a una gestión agroecológica (casi el doble de lo que se considera etapa de conversión desde convencional a ecológico), también repasamos los asuntos relacionados con la fertilización orgánica, la gestión de la vegetación adventicia, las principales plagas o problemas de sanidad que debemos resolver cada campaña, y algunos otros pormenores del cultivo.

Finalizamos nuestra presentación hablando sobre la importancia que tiene en la actualidad poder comercializar directamente una buena parte de la producción para que los proyectos sean viables, debido a que el mercado y la distribución ecológica adolecen de la misma falta de apoyo al agricultor de la que adolece la producción convencional.

Podríamos resumir nuestra participación en “cambiar la forma de cultivar a agricultura ecológica sin cambiar la mentalidad, y sin tener un plan, por pequeño que sea, para comenzar a comercializar parte de la producción hace difícil la viabilidad de cualquier proyecto”.  Y los proyectos que son viables en dichas condiciones quizás no estén siendo respetuosos con la normativa de producción ecológica, ni por supuesto con la agroecología, que ya son palabras mayores.

En la finca La Ribera, junto a los naranjos de la variedad navelina cultivados ecologicamente.

La visita se desarrolló en la finca La Ribera, a la entrada del municipio palmeño, donde visitamos una parte de huerta vieja de naranjos de la variedad cadenera y salustiana, junto a una parte de huerta más nueva de naranjos de la variedad navelina. Toda cultivada en ecológico, porque en Biovalle sólo cultivamos cítricos ecológicos, nada en convencional.

Durante la visita tratamos in situ los temas relacionados con el cultivo de cítricos ecológicos, el manejo de la fertilidad, las plagas, la sanidad vegetal, la diversificación de variedades, el riego, el manejo de las cubiertas vegetales, así como las labores de comercialización y el agroturismo. El alumnado del curso participó activamente durante la visita, trasladándonos preguntas y cuestiones muy interesantes que intentamos atender en todo momento. En agricultura ecológica y agroecología no hay respuestas únicas, lo que nos funciona a nosotros puede no funcionar en una finca situada en unos terrenos diferentes, con climatología similar, o en una parcela adyacente. Ahí radica su dificultad pero también su belleza e interés. Al menos desde nuestro punto de vista.

Naranjas Ecológicas Biovalle es un proyecto de citricultura ecológica familiar desarrollado desde la localidad de Palma del Río. En Biovalle puedes comprar naranjas ecológicas y otros cítricos orgánicos, apadrinar naranjos, o realizar visitas organizadas para conocer el día a día de la gestión de la finca.

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Estuvimos en Organic Food Iberia y os lo contamos

La semana pasada asistimos  a Organic Food Iberia y a Ecoliving Iberia. Desde la distancia y la experiencia de un proyecto familiar y pequeño como Biovalle, pensábamos que íbamos a algo tremendamente especial y nuevo. Y un poco nuevo si que fue, principalmente por ser la primera feria profesional e internacional de este tipo que se celebra en España.

Ya en el metro, camino de IFEMA, nos encontramos con Carlos Ruiz, amigo y antiguo compañero de trabajo en el proyecto Life de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía. Nosotros íbamos para Organic Food y él para Bruselas, a una reunión sobre olivares, representando al interesante proyecto Life olivares vivos (https://olivaresvivos.com/) en el que trabaja en la actualidad, y a SEO Birdlife (https://www.seo.org/).

Desde Biovalle asistimos como visitantes profesionales, para conocer de primera mano la feria y sus posibilidades, y para valorar la posibilidad de asistir con stand propio en próximas ediciones.

La feria se celebro entre los días 6 y 7 de junio, y estaba destinada a promover la alimentación y vida ecológicas, y a establecer contactos entre productores, suministradores de servicios, y posibles compradores nacionales e internacionales.

Entrada a organic food iberia y eco living iberia en IFEMA (Madrid).

Nada más llegar nos dimos cuenta de que al carro verde se están sumando muchas empresas que principalmente lo que tienen de ecológicas es la publicidad, y que los productos que ofrecen están certificados, ¡claro! Pero chocaba demasiado que al entrar te topases ineludiblemente con el stand más grande de la feria (o eso parecía), que tenías que ver, sí o sí, porque estaba en mitad del camino, y que fuese el de… CARREFOUR BIO.

Un stand precioso lleno de productos homogéneos, brillantes, pulcros y plastificados, porque Carrefour siempre trabajó y luchó por una agricultura ecológica de calidad y fundamentada en los pequeños agricultores que hacen bien las cosas. Eso está meridianamente claro ¿no? Yo creo que desde que se llamaban PRYCA ya estaban pendientes de esto de lo ecológico, pero no ha podido ser hasta ahora, que se encuentran con un mercado hecho desde abajo por los pequeños productores y consumidores a base de trabajo, constancia, confianza y respeto, cuando se han decidido con todas sus fuerzas a intentar hacer además ganancias.

Y la pena es comprobar como en España están acaparando el mercado ecológico grandes superficies de este tipo, que están forzando a muchas pequeñas tiendas y productores a echar el cierre, mientras que entran con fuerza ahora productores y cooperativas de grandes dimensiones que son las que pueden suministrar “cantidad”.

En este sentido encontramos en la feria algo cada vez más habitual, y es que un sinfín de productores lo son a la vez de convencional y ecológico. Y eso no nos acaba de convencer.

Desde Naranjas Ecológicas Biovalle aprovechamos de nuevo para agradecer el esfuerzo que tiendas orgánicas de barrio, pequeñas cooperativas de productores, asociaciones de consumidores y productores, consumidores privados, etc., siguen haciendo cada día desde abajo, dignificando la profesión del productor, y valorando también al consumidor en la elección de productos que son ecológicos certificados y mucho más.

Y en este contexto nos alegró encontrarnos con paisanos nuestros en Organic Food, como Álvaro Fuentes Guerra de ECO CÓRDOBA (https://ecocordoba.com/), o Carlos Pérez de FRESCUM (https://www.frescum.es/) que al igual que nosotros acudieron a conocer el evento. Y visitamos el stand de Envasados Ecológicos Lola (www.ecologicoslola.com), de Villarrubia.

Álvaro Fuentes Guerra de Eco Córdoba (izquierda), Juan Salamanca de Biovalle (centro) y Carlos Pérez de Frescum (derecha).

Nos ilusinó igualmente visitar el stand de Verdesol, y el de Aceite Pilares (http://pilaresaceitedeautor.com), de Lantejuela (dónde nosotros pasamos algunos años estupendos de pequeños), en los que saludamos a nuestro amigo de la infancia David Méndez.

En muchos momentos llegamos a olvidar incluso que nos encontrábamos en una feria internacional que se celebraba en Madrid, debido a la gran presencia de expositores y productos de origen andaluz, y de la nutrida presencia de stand asociados a Ecovalia (http://www.ecovalia.org/).

Esto habla bien a las claras del buen momento que está viviendo la producción ecológica en Andalucía, aunque tengamos todavía que trabajar para que el consumo ecológico sea mínimamente acorde a la cantidad y calidad de nuestras producciones. El consumo ecológico interno es uno de los principales problemas que se detectan en el sector (https://www.eldiario.es/economia/transvase-agricultura-ecologica-Espana-hectareas_0_905009666.html).

Tras visitar algunos proyectos interesantes y otros no tanto, y de recorrer varias veces la feria, nos encontramos con varios buenos amigos, como Carlos Aragón, de la empresa Bioles que es referente andaluz en el procesado ecológico de arroces, frutos secos, granos, harinas, legumbres y especias de la más alta calidad, desde Alameda en Málaga (https://bioles.es/), y Álvaro M. Férnandez-Blanco Barreto, veterinario naturalista y gran conocedor del poder de la medicina herbal de uso en ganadería, con una trayectoria de 12 años en el sector de la certificación ecológica y que ahora comienza en solitario un interesantísimo proyecto de veterinaria, fitoterapia y consultoría en agroecología (Veteco Consultores: veterinario@cerroviejo.org). Con ellos acabamos la jornada, disfrutando de nuestra amistad, y conociendo a personas como Antonio Marín, de Pruna y responsable de La Umbría, Ibéricos Ecológicos (https://www.youtube.com/watch?v=UeFj8i4snJI), a Fran Miranda, agricultor amante de los garbanzos de Escacena y los pistachos, y a Julián Navarro de la Bodega Colonias de Galeón en Cazalla de la Sierra (http://www.coloniasdegaleon.com/), a quienes nos presentó Álvaro.

De izquierda a derecha: Antonio Marín (La Umbría-Ibéricos Ecológicos), Juan Salamanca (Naranjas Ecológicas Biovalle), Alvaro M. Fernández-Blanco (Veteco), Carlos Aragón (Bioles), Fran Miranda, y Julián Navarro (Colonias de Galeón)

Nos despedimos de la feria, hasta nueva ocasión, incapaces de precisar dónde terminaba Organic Food Iberia y dónde comenzaba Eco Living Iberia, pero convencidos de que hemos entrado en la postmodernidad, y ya sabemos organizar los eventos importantes de agricultura ecológica con nombres exclusivamente en inglés. Se nota que “semos” europeos auténticos, que digo europeos…, ciudadanos del mundo mundial, capaces de trabajar donde haga falta (aunque nos gustaría más estar cerca de los nuestros y de los lugares donde nos criamos), con sobre cualificación profesional, con idiomas, y cobrando poquito, que en eso consiste la globalización, ¿no? ¿o se me ha escapado algo por el camino?