La Consejería de Agricultura organiza habitualmente cursos a través del IFAPA para formar a agricultores y ganaderos. Y algunos de los contenidos para la formación que nunca faltan son los de comercialización y marketing. Como autónomo del medio agrario te animan continuamente a comercializar por tu cuenta, a llevar a a cabo acciones de venta directa …
Categoría: opinión
Subbética Ecológica: Una ilusión. ¿Quieres apoyarnos?
Ilusionados andamos en el último mes en Biovalle y en todos los proyectos que formamos parte de la gran familia de Subbética Ecológica. Igual de ilusionados que todos los socios que dan vida, emoción y pasión a este proyecto amplio no sólo de consumo o producción, sino de cooperación, intuición, innovación y respeto. Desde el apoyo mutuo y recíproco entre productores y consumidores, la capacidad, el trabajo y la entrega apasionada de buena parte de los socios, el equipo directivo y los técnicos que dan vida al proyecto, y la utopía, no como camino, sino como autopista en este caso, es posible hacer posible un proyecto del que nos sentimos orgullosos y afortunados de formar parte.
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¿Comprar naranjas ecológicas o naturales?
Ahora que estamos a puntito de comenzar la recolección y comercialización de nuestras naranjas ecológicas y de los demás cítricos ecológicos, nos gustaría reflexionar sobre ese extraño fenómeno de … ¡Las naranjas naturales!, e incluso sobre… ¡¡Las naranjas completamente naturales!!
Precios mínimos, libre mercado y agroseguros
En nuestras vidas, nos enseñan desde pequeños que vivimos en una sociedad capitalista de libre mercado que se autorregula perfectamente. Algo así como una mezcla de una nana con un mantra que a cada paso que das en la vida te mece plácidamente y te recuerda que nada se puede ni se debe regular económicamente. Entre otras cosas porque por definición los precios siempre son justos, y acordes a lo producido y ofertado, y a lo demandado en los mercados. Autorregulación perfecta. Y hay hasta economistas que se lo creen.
Sorprende sin embargo que los bancos españoles y de medio mundo, de países económicamente “autorregulados” por el libre mercado, el epicentro del capitalismo menos libre y más liberal, hayan tenido que ser rescatados en medio de esta crisis social y ambiental que algunos siguen empeñados en llamar económica. ¿Pero no se regulaban solos? ¿Pero acaso no estaba todo en un equilibrio perfecto y justo? Lógicamente, bajo estas premisas, si algo cae es porque no funciona, por lo que inyectarle financiación pública gratuita no tiene ningún sentido. Y menos con naciones-estado fieles creyentes en los supuestos de la mano invisible de Adam Smith.
En estos días en los que la enésima crisis del sector lácteo se encuentra en un punto álgido y los ganaderos apenas si pueden, ni siquiera, alimentar a sus vacas por los ridículos ingresos que perciben, escuchamos y leemos noticias sobre la posibilidad de establecer precios mínimos que permitan la subsistencia de un sector que se encuentran en la cuerda floja. Sin embargo son muchos los políticos y tecnócratas que, como abanderados del liberalismo, se pronuncian sistemáticamente en contra: ¡no podemos regular los mercados!. Ellos que se apresuraron a rescatar a bancos con dinero público, a través de “mecanismos de libre mercado”, como el incremento del IVA, entre otros, que por supuesto está “regulado y decidido” por el libre mercado, ¿verdad?.
Paradójicamente ese mismo estado que asegura que no puede regular nada y que el mercado es libre, no permite al agricultor asegurar su cosecha a través de los seguros agrarios al precio/kg., que el productor considere oportuno, ni tampoco asegurar el período de tiempo que le interese en base a sus decisiones, porque ¡ha regulado dichas condiciones!.
Este año, sin ir más lejos, en la Orden AAA/520/2015, de 16 de marzo (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), del seguro con coberturas crecientes para explotaciones de cítricos para el ejercicio 2015, en su anexo VII (Precios a efectos del seguro) se establecen para las naranjas ecológicas de las principales variedades que cultivamos en Biovalle los siguientes precios:
-Navelina y salustiana, precios mínimos para asegurarlas: 0,1€/Kg., y precio máximo: 0,2€/Kg.
-Cadenera (nuestra variedad local en peligro de desaparición), precio mínimo: 0,08€/Kg., y precio máximo: 0,15€/Kg.

Ninguno de los precios máximos establecidos por el ministerio (¡0,20 y 0,15€/Kg.!) hace viable ninguna producción ecológica de cítricos en caso de incidencias, todos los precios se encuentran por debajo del mínimo admisible considerado por cualquier investigador en la materia. A pesar de haber hecho nuestro seguro, si se hielan las naranjas o el granizo les afecta…
Estos precios parecen servir también de adelanto para el sector de la distribución, una especie de llamada de atención para que sepan los precios que desde el ministerio consideran “apropiados”.
Por eso, desde Biovalle os estamos tan agradecidos cuando decidís comprar naranjas ecológicas, o limones ecológicos, o cualquiera de nuestros cítricos biológicos, a nosotros o a las tiendas que trabajan con nosotros. Entre tod@s y desde la base hacemos una sociedad más justa, real y viable.
Marca España: Diseñado aquí, hecho en China.
Últimamente nos hemos encontrado con etiquetas y productos, principalmente textiles y electrónicos, que “presumen” de haber sido diseñados en España. Y nosotros como cordobeses nos preguntamos ¿PERO ESO QUÉ ES LO QUE ES?
Como muchas de las grandes empresas operan allá en el sudeste asiático, ya sea China, Bangladesh, La India u otros países que a la mayoría de los clientes les costaría siquiera ubicar en el mapa, y que lo hacen allí principalmente porque pueden usar y abusar a su antojo de la mano de obra local a cambio de sueldos míseros y condiciones laborales y de vida deplorables, así como de una laxa política ambiental y laboral (para poder ser competitivos, ¡claro!), lo único que les queda es decir que al menos eso fue pensado en España. ¡Y OLÉ!
Con frecuencia ocurren trágicos sucesos que saltan a la luz pública y que sacuden temporalmente la conciencia del español medio, acostumbrado hasta hace relativamente poco a que gran parte de los bienes que utilizaba se fabricasen en suelo patrio.
En dicho contexto, se estudian posibilidades de encubrir dicha realidad. Y las estrategias son múltiples, desde poner directamente etiquetas falseando el origen del producto, como ocurre con muchos “Hecho en España”, que realmente están hechos en Marruecos u otros países, hasta la más sutil de poner “Diseñado en España”, que viene a decir algo así como “Me fui de viaje y me acorde de ti”.
Y después de resolver dicha cuestión habría que ver en qué “idioma” se piensan los diseños. Y los diseñadores, ¿pensáis que son de España y que viven en España?
Con todas las grandes marcas que nacen con vocación de marca, al final sólo queda eso, la marca, y todo lo demás se “externaliza” que es como prefieren denominar desde las corporaciones al traslado de las fábricas y talleres, y a la explotación laboral, el ahorro de costes y la indiferencia social, política y ambiental que tienen ante los trabajadores del sudeste asiático.
Pero a la hora de la comercialización sí que se vuelve a pensar en Iberia. Para eso se prefieren los euros a la moneda China.
En Biovalle nos preguntamos si esa estrategia a medio y largo plazo puede servir para algo. Si al final nada se fabrica aquí, lo lógico es que la capacidad económica del que “vive en España” sea escasa. Puede que con el tiempo, ni los europeos, por falta de trabajo, ni los asiáticos, por lo reducido de sus ingresos, puedan acceder a dichos productos. Y eso sin entrar en los efectos sociales, políticos, familiares y ambientales de unas estrategias tan ofensivas como irresponsables.
Así, si elijes comprar naranjas ecológicas, o mandarinas ecológicas, o cualquier otro de nuestros cítricos, podrás estar seguro del origen del producto y de que realmente se ha “diseñado y fabricado en nuestra huerta”, en Biovalle.