En días pasados un representante de Naranjas Ecológicas Biovalle estuvo en Bélgica invitado por la empresa distribuidora con la que colabora en el país desde 2014.
Desde los inicios de Biovalle surgió la posibilidad de llevar nuestros cítricos ecológicos de calidad a otros países de Europa. A lugares donde los cítricos forman parte de la cesta básica de la compra, y que, al igual que ocurre con el aceite de oliva, no se pueden producir debido a las condiciones agroclimáticas de dichas regiones. Con esto queremos decir que son productos que se consumen a diario pero que no se producen en la zona. Las naranjas no suelen faltar en las casas de los habitantes del centro y norte de Europa en otoño e invierno, como no faltan en nuestros hogares las especias, el café o el chocolate, por poner sólo algunos ejemplos.
En estas 2-3 últimas campañas, las naranjas orgánicas de Biovalle han sido solicitadas por tiendas y proyectos de Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania y Luxemburgo. Algunas veces de forma testimonial, en otras incrementándose los pedidos poco a poco, y en ocasiones se han convertido en algo normal, periódico y que contribuye a dotar de estabilidad a nuestro proyecto.
Este es el caso sin duda de Bélgica. Desde 2014 tenemos una relación de cooperación y colaboración con el proyecto The Food Hub, creado por Simon en Lovaina, un proyecto de distribución y comercialización de productos orgánicos provenientes exclusivamente de pequeños productores, que además de estar certificados en agricultura ecológica cumplen unos estándares de producción y calidad añadidos. No basta estar certificado en ecológico para poder entrar a formar parte de la red de productores que abastecen puntualmente a dicho proyecto.
Producir agroecológicamente, teniendo en cuenta cuestiones ambientales, sociales, laborales… es sin duda fundamental, como también lo son la pasión y amor por el trabajo diario, y la producción de alimentos de alta calidad nutricional y organoléptica, para que un pequeño productor sea seleccionado.
Por supuesto, antes de comenzar a trabajar con estos proyectos, algún representando de los mismos visita a los diferentes productores en origen, para informarse de forma precisa de las principales cuestiones relacionadas con la producción, el día a día en la finca, e incluso para ver si algo no termina de cuadrar, y también para tomar fotos de la finca y los productores. Con toda la información los responsables del proyecto tomarán la decisión de invitar o no a cada productor a formar parte de sus iniciativas.
Estos proyectos apoyan a los productores que han seleccionado mientras estos decidan seguir trabajando con ellos, y mientras no modifiquen sus condiciones de producción. De esta forma, poder formar parte de uno de estos proyectos se convierte en una simbiosis beneficiosas para los dos partes, para el productor que recibe el apoyo económico y emocional que necesita, y para los distribuidores y comercializadores, que de otra parte reciben puntualmente un producto de calidad sin igual a lo largo de toda la campaña, sin tener que preocuparse de buscar y seleccionar sobre la marcha nuevos productores constantemente, lo que se traduce en precios bastante estables y previsibles, donde el factor especulativo no forma parte de la ecuación final.
Además se suele invitar periódicamente a los productores a visitar los países de destino de sus productos para conocer “in situ” a las personas que hay detrás de cada pedido, de la distribución de los mismos, e incluso a las tiendas y proyectos que comercializan dichos productos a través de estas pequeñas empresas distribuidoras. Se aprovecha también la presencia de los productores para organizar catas y degustaciones de dichos productos guiados por ellos, lo que se convierte en una oportunidad única de conocer de primerísima mano cada fruta o verdura, desde su cultivo hasta formas diferentes y sorprendentes de preparación.
En este contexto Naranjas Ecológicas Biovalle visitó recientemente Bélgica invitada por Simon y The Food Hub, y por segunda vez en estos últimos tres años. En esta ocasión también estuvieron presentes en la visita otros proyectos andaluces que también comercializan sus productos a través de dicha distribuidora: Olivo Vivo (aceite ecológico. Córdoba), Bioles (legumbres, arroz, harinas, frutas secas, ecológicos. Alameda, Málaga), Rambla del Mar (Hortalizas y verduras ecológicas. Viator, Almería) y Guadalhorce Ecológico (frutas y verduras ecológicas. Comarca Guadalhorce, Málaga).
Durante tres días, visitamos varios proyectos en los que nuestras naranjas orgánicas, y los demás productos, están presentes: tiendas de productores, supermercados, asociaciones de consumidores, locales donde se ofrecen exclusivamente productos de pequeños productores biológicos, etc. Proyectos situados por todo el país: Lovaina, Bruselas, Lieja, Gante…
Coincidiendo con nuestro viaje se celebró una fiesta de los productores que abastecen a The Food Hub en Lovaina, utilizando la plaza contigua a la tienda que la distribuidora tiene en la ciudad. Los distintos productores, colocados en el exterior, en semicírculo respecto a la tienda, presentaron y vendieron directamente sus productos al público, haciendo degustaciones gratuitas para los asistentes.
Aunque nuestras naranjas ecológicas no pudieron estar presentes por su actual estado de maduración, durante el viaje pudimos notar la misma ilusión hacia nuestro proyecto por parte de los distribuidores y tiendas que ofrecen nuestras naranjas que hace tres años, cuando viajamos por primera vez. Y la pregunta más repetida hacia nosotros en todos los locales visitados fue: ¿y las naranjas para cuándo?, en lo que parecía una versión frutal y orgánica de la canción de Jennifer López.
Sin duda estos momentos se convierten en oportunidades únicas de conocer a personas, proyectos y paisajes, lejanos en lo geográfico pero muy cercanos en la forma de entender y soñar el mundo. Para nosotros supone una recarga de energía muy necesaria ante la inminente campaña que se avecina, y que nos servirá para seguir en nuestro camino, ilusionados, felices y agradecidos a tod@s l@s que hacen posible que el proyecto Naranjas Ecológicas Biovalle sea hoy día una realidad desde Palma del Río.